“El fuego fatuo” (1963) aborda la historia de Alain Leroy, un alcohólico agotado de la vida que abandona la clínica de rehabilitación, en la que ha permanecido durante una larga temporada, para intentar regresar a su vida cotidiana. Pero él es consciente de que eso es imposible, que es demasiado tarde para todo, que puede seguir tocando las cosas, pero no sentirlas. A través de unas imágenes abrumadoras, Louis Malle nos precipita al corazón de la desesperación.